lunes, 14 de septiembre de 2009

Libertador Morales 2: Judgement Day


Cada oveja con su pareja. Ciudad Gótica tiene a Batman, Caracas tiene a Libertador Morales, un mototaxista que defiende constantemente los buenos valores. El tipo es algo monotemático pues cita a Bolívar cada cinco minutos y hasta lo lleva tatuado en la espalda. Como le dice su novia: "Es como acostarse con El Libertador en persona". !Diox!

Libertador, como casi todo venezolano, ha sido víctima del hampa. También tiene un chamo medio dañado e invita a sus colegas a que no se coman la luz y usen el casco. Pero en las noches se viste de cuero negro y monta su moto "Tunneada" para deshacer, junto a su cómplice Palo de Agua (un indigente interpretado horriblemente), los planes de una banda de maleantes de comiquita que azota el barrio.

Y es que Libertador Morales es precisamente eso: Una comiquita. No pretende (Creo yo) ser una película de acción y aventuras, ni tampoco ofrecer una mirada más realista y por ende, mucho más cruda, de cómo sería un justiciero anónimo en nuestro país. Es una fantasía algo ingenua, censura AA, de humor más que ligero y con un tono televisivo a flor de piel. Con todo esto puedo vivir, pero aún así, la película tiene gazapos de guión, lugares comunes, unos cuantos deux ex machina y una subtrama sobre un niño enfermo que está totalmente de más y que a mi parecer matan una premisa que pudo ser un palazo.

La directora y guionista, Efterpi Charalambidis, hizo un postgrado de cine en Nueva York. Allá escribió la primera versión del guión con el aporte del CENAC, luego se vino a Venezuela y se puso a afinarlo para concursar por financiamiento para esta, su ópera prima. Mientras esperaba respuesta, habló con el consejo directivo de La Villa del Cine (Donde ya trabajaba desde hace varios meses), consideraron el proyecto, les gustó y se ofrecieron para producirlo en su totalidad.

"Me propuse cierta frescura balanceando varios géneros. Dentro de ese humor criollo que se maneja en la película, hay una cosa entrañable, muy nuestra, un mensaje que te hace reflexionar. Toca una cosa muy humana, que de alguna manera lo pedía el cine nacional. Yo lo hice así, pero bueno, esto fue lo que me salió del alma, del corazón y tal vez eso es lo que tiene." Comenta Efterpi.

Otra cosa que tiene la película y que hace rato no veíamos en el cine nacional son secuencias de acción. Pocas. Pobres. Pero secuencias de acción al fin y al cabo. Acertadamente, la película no pretendió descansar en ellas para justificar su metraje. Eso sí, hay una acrobacia motorizada en el puente que conecta la Avenida Baralt con el Paraiso que me sorprendió mucho.

"Yo quería hacer más secuencias de acción, pero había que ajustarse a lo que nos daban de presupuesto. Los productores nos decían “podemos hasta acá”.

¿Te inspiraste en algo para hacerlas? Digo, ¿Dónde se aprende a hacer secuencias de acción en un país como el nuestro? ¿Qué secuencias de acción viste antes de rodar Libertador Morales?

"No sé que tan bueno sea decir esto, pero vi hasta Terminador 2. Allí hay una persecución en moto espectacular. Vi muchas escenas de persecuciones en moto, son muy difíciles de hacer pues requieren de muchos planos que cobran vida en edición. Fue muy divertido, aunque laborioso porque cuesta muchísimo poder hacer una secuencia completa. Fue uno de los grandes retos, por primera vez estaba abordando escenas de este tipo."

Cuando estaba viendo la película, nadie se burló. De hecho, mi esposa (Que no come cuentos con el cine nacional) no me dijo ni una vez que nos salieramos. Con todo lo que pueda criticarsele, la película es llevadera, se pasa el rato con el humpor costumbrista y al final, pudo un poco con nuestro excepticismo inicial. Nosotros no éramos los únicos excépticos y Efterpi lo sabía.

Efterpi: "Cuando estaba la expectativa del estreno y salió el trailer, se generaron opiniones encontradas. Hay mucho escepticismo con el cine venezolano. Hay una tendencia marcada en nosotros a no creer en lo nuestro. La idea de un héroe que venga de nosotros, de nuestro día a día, es como inaceptable. Los héroes tienen que ser de afuera o sobrenaturales, pero que exista uno mototaxista, que generalmente tienen una imagen tan negativa, hace que de entrada haya un prejuicio."

"Además tienes que luchar contra la polarización política. El hecho de que la película haya sido financiada por La Villa del Cine, hace que de entrada muchos la tilden de chavista. Durante la promoción tratamos de desarmar ese prejuicio que aún continúa, la gente piensa que es un panfleto político. Bolivar ya está politizado, se lo atribuyen sólo al oficialismo, pero no, Bolívar es de todos, no es exclusivo de nadie." Y esto se agradece, la película no es divisionista.

"En Venezuela hablamos siempre de héroes intangibles, próceres a quienes no vemos sino en pinturas, que están idealizados. Pero idealizar un personaje tan cotidiano como un mototaxista se nos hace difícil, tenemos muy poca fe. Necesitamos eso. Lo pedimos, lo necesitamos. Por eso lo escribí, porque yo también lo necesito."

En fin, que Libertador Morales montado en su motico le ganó la carrera hacia el Oscar a La Virgen Negra de Ignacio Castillo, Macuro de Hernán Jabes (Mi Voto), Perros Corazones de Carmen Laroche, Un Lugar Lejano de José Ramón Novoa, Venezzia de Haik Gazarian y A mi me Gusta de Ralph Kirchnard. En el camino deberá competir con The White Ribbon del monstruo Michael Haneke.

Es como cuando llegamos tarde de alguna fiesta y vemos dormir al inofensivo Guachimán en su garita mientras se supone que cuida la urbanización donde vivimos. Uno no confía completamente en su capacidad de defendernos, pero igual se le agarra algo de cariño.

3 comentarios:

El Buruso dijo...

Caque, me parece que está del carajo el blog; crítico, con equilibrio y sin complejos. Un abrazo.

Hombre Lobo dijo...

Bueno, ya me has convencido. Guárdamela para cuando vaya.

Mi único punto es el siguiente: ¿por qué Bolívar? Quiero decir, una historia de superhéroes debería estar alabada por el hecho de que el personaje principal se inspirara en un icono pop, pero al hacerlo un prócer histórico (que siempre es político; imagínate un superhéroe americano que se inspirara en Washington) inevitablemente le da un aire chauvinista y patriotero a todo el asunto. Y hombre, ya no estamos en los años cuarenta, cuando se podía hacer algo como El Capitán América y salir impune.

En todo caso, le echaré un vistazo, eso sin duda.

Caque dijo...

Gracias Prima facie por tus comentarios, siga viniendo y si puede, traiga amigos. Me asomé por tus blogs, pero no entendí ninguno jejejej... El cariño es el mismo, ojo.

Hombre Lobo, la comparación con El Capitán America es más que pertinente...¿Por qué no se me ocurrió cuando estaba escribiendo el post?.... Tal vez porque como dices tú, no sale realmente impune.