lunes, 29 de noviembre de 2010

Muerte en Alto Contraste: César Bolívar... ¿Por qué?


Hay tantas cosas que están mal en Muerte en Alto Contraste, que no sé por dónde empezar. Ya el poster causa suspicacia de entrada, pero si nos tomamos el tiempo para repensar esos laureles obtenidos en el Festival de Cine de Mérida que tan orgullosamente ostenta o las frases que adornan los anuncios del periódico y otros artículos, lo que da es risa. ¿Falta de Criterio? ¿Cara durismo? ¿Solidaridad automática? ¿Drogas?

A César Bolívar, su director, lo llaman "Maestro" y, según ellos, su regreso es "Triunfal", "Apoteósico", "Explosivo", "Esperado". Y es que el señor Bolívar es sin duda una Vaca Sagrada del cine nacional gracias a los éxitos que cosechó durante la década (!oh, recordada y difícilmente superada década!) de los 80. Pero como dijo Mark Twain: "De las Vacas sagradas se hacen las mejores hamburguesas."

A vuelo de pájaro: César Bolívar comenzó como camarógrafo y director de fotografía en películas de Román Chalbaud. Su ópera prima como director fue Juan Topocho (1978), una cinta que parece haber desaparecido de la faz de la tierra pues conseguir una copia me ha resultado imposible. En sociedad con Román Chalbaud y Miguel Ángel Landa, creó la productora Gente de Cine, gracias a la que pudieron realizarse cintas como La Quema de Judas, Sagrado y Obsceno, El Pez que Fuma y Cangrejo. Su película Domingo de Resurrección (1982), es una de las comedias más recordadas del cine venezolano, fija en la programación de las Semanas Santas de RCTV y gracias a cuyo éxito, Bolívar pudo rodar la película más taquillera en toda la historia del cine venezolano: Homicidio Culposo (1 Millón 300 mil Espectadores). Le siguieron Más Allá del Silencio (1985), Colt Comando 5.56 (1986), Reflejos (1987) y la infame, Rosa de Francia (1995).

Sus películas pueden haber sido taquilleras y hasta entretenidas, pero están lejos de ser buenas películas. ¿Han vuelto a ver Domingo de Resurrección? Yo sí y mi consejo es que se queden con sus buenos recuerdos de la infancia. El cine de César Bolívar no ha superado la pueba del tiempo y por los resultados de Muerte en Alto Contraste, es obvio que su técnica tampoco.

Retroceso a los 80

Luego de 12 años en los que César Bolívar se dedicó a dirigir telenovelas y a dar clases en la UCV, fue contactado por La Villa del Cine para que dirigiera un policial. No cualquiera, claro está. Se trataba de un guión que había sido desarrollado originalmente por él y uno de sus alumnos en la universidad (José Antonio Varela) y que estaba engavetado desde entonces. Las vueltas de la vida colocaron a Varela como director de la Villa del Cine y a ese guión, como vehículo para este "Gran regreso".


Muerte en Alto Contraste cuenta la historia de Gabriel (Erich Wildpret), un policía que busca vengar el asesinato de sus padres, guerrilleros de izquierda masacrados por un equipo especial de la policía. Siguiendo el rastro de cada uno, Gabriel recurre al periodista Pepe Grillo (Juan Manuel La Guardia, Full Chola), para terminar de hilar los cabos que completaran su venganza. Metida casi a juro está por supuesto la historia de amor entre él y una psicóloga encarnada por la debutante Norelys Rodríguez.

En dos platos: La historia es un desastre. No sólo es confusa y está llena de lugares comunes, sino que le sobran secuencias que no van a ninguna parte, desaprovecha los giros más interesantes de la trama y los remata con diálogos básicos y a ratos ridículos. Especialmente risibles son las escenas de amor con sushi y la precoital a las puertas de un hotel.

Sería de esperar que las mayoría de las críticas del reparto se enfocaran en la inexperiencia de Norelys Rodríguez. Pero no es mi caso. Ciertamente, su personaje no llega a ninguna parte, pero es que tampoco lo hace en el papel. Por si fuera poco, su belleza se ve desaprovechada por la cámara. Sincerémonos vale, el país entero quiere ver desnuda a Norelys Rodríguez y en esta película, coquetean con la idea de despertar el morbo del espectador para luego darle un baño de agua fría con las escenas de striptease y sexo más pacatas y gratuitas que he visto en mi vida. Una cosa es que a la actriz le de pena mostrar sus carnes y otra muy distinta es que el director haya permitido semejante desastre. Ambas escenas debieron morir en la sala de edición.

Erich Wildpret en cambio, nunca había estado tan aburrido. Todo es absolutamente lineal, sin matices. Siempre lo he considerado un buen actor, pero luego de verlo en esta película y recordar su trabajo en Elipsis, La Hora Cero y Un Lugar Lejano, siento que no hay mucha diferencia entre uno y otro personaje.
Quienes salvan la patria y verdaderamente se la comen, son los veteranos Juan Manuel La Guardia y Carmen Julia Álvarez, repitiendo un matrimonio similar al de Domingo de Resurrección, derrochando venezolanidad (Tal vez, demasiada) y el humor necesario para hacer la experiencia del visionado de Muerte en Alto Contraste medianamente soportable.

Muerte en Alto Contraste busca montarse en la misma ola que generaron buenos y exitosos filmes como Hermano y La Hora Cero. En un año en el que el cine nacional está recuperando su momentum, la nueva película de César Bolívar representa un retroceso. Dile NO a los nacionalismos y solidaridades automáticas. Si es bueno se aplaude, si es malo, no. El próximo proyecto de Bolívar se llamará Los Inquilinos.

Que Dios nos proteja.

viernes, 29 de octubre de 2010

Extremos: ¿Proyecto Cumbre Greatest Hits o Viendo el Album de las Vacaciones?

Ok, lo diré:
Nunca me he sentido representado, emocionado, ni identificado en forma alguna con las proezas del Proyecto Cumbre.
Entiendo que un país que atraviesa por un momento tan rudo necesite agarrarse de cualquier cosa para sentirse orgulloso, desde un equipo de fútbol que nunca llega, hasta reinas de belleza. Pero por muy arrechos que sean, el "orgullo nacional" por este equipo de montañistas no me arropa.

Con esto no estoy descalificando lo que hacen, chevere que suban y lleguen al pico que sea, pero eso de que "En esta bandera vamos todos", no sé. Y aclaro de nuevo que respeto y admiro la fortaleza, temple y pasión de quienes se dedican al montañismo (Tal vez porque soy muy flojo y jamás lo haría), pero para mí, conquistar una montaña es el tipo de experiencia que sólo es válida si uno es el protagonista. No me creo eso de que "Llegamos", bien por ti, lindas las fotos, cambia el canal.

Pero chevere pues, mucha gente los admira y son uno de los íconos positivos del nacionalismo en Venezuela. Unos hacen música, otros literatura, otros cine, otros beisbol, otros suben montañas.

El hecho de que no comparta este furor, no quiere decir que no pueda disfrutar de un documental o de una buena historia acerca de quienes practican este deporte. Ahí tenemos Touching The Void, 127 Horas (Que se ve brutal) y hasta Más Allá de la Cumbre, la ópera prima del director Juan Carlos López Duran. Siendo Extremos su segunda película, esperaba que lograra superar o al menos igualar a su predecesora, una de las mejores películas venezolanas del 2008.

Pero me decepcionó. Juan Carlos es un gran apasionado del montañismo y se nota, conoce en detalle las batallas emocionales que se liberan en cada travesía, los entretelones para preparar una expedición, los riesgos y hasta la preparación física a la que tanto él, como su equipo técnico tuvieron que someterse para poder documentar las pericias del Proyecto Cumbre en Groenlandia. Pero siento que no superó la prueba de retratar el lado emocional de sus aventuras en la pantalla.

Extremos tiene un muy buen sonido, hermosa y arriesgada fotografía de la mano de John Márquez y hasta acertadas intenciones a nivel de dirección, pero toda esa forma, no tiene un piso dramático que la sostenga. La exploración en la psique de los aventureros es demasiado superficial como para revelar algo, nuevo o viejo, que realmente sirva para sostener 2 horas de paisajes y dicertasiones sobre el montañismo.

Apoyados en material de archivo, recorremos uno a uno los logros del Proyecto Cumbre, sus entrenamientos, primeras expediciones, éxitos y fracasos, todo intercalado con la última expedición a Groenlandia. Y es aburridísimo. Además de no haber emoción real, sabemos que luego de la expedición al Everest y la trágica anécdota que ya vimos en Más Allá de la Cumbre, Proyecto Cumbre no tiene mucho más que contarnos que sea tan grande o emotivo como lo que ya conocemos.
Lo mejor de Extremos es su banda sonora compuesta por el merideño Nascuy Linares y con un tema adicional para los créditos del grupo Gaélica. Es la primera película venezolana de la que me atrevo a decir que quiero el soundtrack. Es una música a ratos efectista y pomposa, que supongo, trata de hacer por el espectador lo que el relato y los protagonistas, a mi juicio, no lograron: Emocionar.

Lo próximo de Juan Carlos Durán será un documental, no tengo claro si en formato de serie de Tv, titulado: Niños en la Cumbre, que trata.... Bueno, de eso mismo. El trailer lo verán antes de Extremos, vayan al cine y comenten qué les pareció a ustedes.

miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Quién está Ahí?: Desmontando el Mito del Rating

La televisión es un medio moribundo. Quienes la ven frecuentemente, tienen que haber sido testigos más de una vez de las latosas "Guerras de Ratings". RCTV y Venevisión solían protagonizar una nueva cada año durante los 90 y aún hoy, quince años después y sin RCTV, Televen recurre al mismo ardid publicitario fundamentado en aquella teoría del Vagón del Ganador (me monto porque todo el mundo se monta y si no me monto en ese vagón, soy un perdedor), con su nuevo lema: "El Canal que más se ve".

Para quienes trabajaron y trabajamos aún en Televisión, el Rating es como El Gran Hermano, como un Dios, una presencia que está ahí, abstracta y omnipresente, siempre vigilante a cualquier pelón o pico que pueda tener tu programa y que sólo se manifiesta a través de "El Elegido", ese ser tocado por los providencia que tiene el don de ser el único enlace que tenemos con el Dios Rating. A través de ese Gerente, de ese dueño de canal, Dios Rating nos da las directrices de lo que debemos hacer. "El Elegido", no sólo tiene el don de poder escucharlo, sino que también, tiene el poder mágico de "entenderlo", por eso es que siempre nos repiten aquello de "Subir cerro".

¿Por qué el Dios rating no me habla a mi? ¿Por qué sólo a él? En fin, tema para otro post.
Escribo todo esto, porque me he topado con un interesante corto documental español de Alejandro Pérez Blanco, que propone cuestionar un poco la voz de "El Elegido" e incluso del mismo "Dios Rating".
!Enjoy!

jueves, 14 de octubre de 2010

"Extremos": Trailer

Es paradójico que siendo el documental uno de los géneros en los que mejor se defiende el cine venezolano lleguen tan pocos a las salas de cine. De un tiempo para acá hemos tenido la fortuna de ver al menos un documental por año en salas comerciales y aunque no es el género más rentable que existe, basta con ver títulos como Araya, Vino Tinto:La Película (Con todo y jaladita) o Fantasmo, para darnos cuenta que allí hay lomito.
Siendo el 2010 un año especial para el cine venezolano en cuanto a aceptación de público y apertura temática, el género documental no podía quedarse fuera de la parrilla de programación. El 29 de Octubre se estrena EXTREMOS, dirigida por Juan Carlos López-Duran, el mismo realizador de Mas Allá de la Cumbre (2008). Este merideño editó junto con Nascuy Linares otro de los documentales más famosos del país, Tocar y Luchar (2007) y fue productor de Una Casa con Vista al Mar(2001) y Una Vida y Dos Mandados (1996).

Esta vez, Juan Carlos aborda "la filosofía de quienes hacen de la aventura y la exploración su medio natural de convivencia bajo el rol protagónico de los cinco integrantes del Proyecto Cumbre, quienes en medio de tormentas de viento y nieve, someten su mas férrea voluntad para probar sus límites físicos y mentales, a lo largo de una travesía hacia los más extremos escenarios naturales alrededor del mundo".

Extremos es una coproduccion de Explorart Films (productora cinematográfica abocada a la exploración de nuestro mundo, así como a su diversidad artística, social y geográfica) y Proyecto Cumbre. El trailer está chevere y tiene muy buena música, esperemos que la película pueda mantener durante todo su metraje la misma emoción.

viernes, 8 de octubre de 2010

10 Razones para ver La Hora Cero

Un sicario llamado La Parca se ve obligado a secuestrar una clínica privada para salvar al amor de su vida. Así arranca la ópera prima del venezolano Diego Velasco, una historia de violencia, venganza, amor y acción a la gringa con toque criollo o viceversa.

A estas alturas, la prensa y los tweets ya lo han dicho prácticamente todo sobre la película. Humildemente, aquí les dejo mis 10 razones por las que considero que es imperdible:

1. Porque su empaque gráfico es fabuloso. ¿Habían visto alguna vez unos posters y unos trailers tan bien hechos para una película venezolana? Yo no.
2. Porque tiene las mejores escenas de acción que se han hecho para una película en Venezuela. De esto ya escribí un post aquí.

3. Porque tiene una secuencia musical al ritmo de El Puma. ¿Por qué no se había hecho antes? !Agárrense de las manos!

4. Porque Marisa Román sale en ropa interior y está "mi amor". Mujeres, pítenme en coro. No importa.

5. Porque el guión está mundial. Truculento de cabo a rabo, sorpresivo, divertido y entretenido. Aquí quiero extenderme.

En Venezuela lo extraordinario se hace cotidiano, ¿no? Claro que sí. En el 2005, el director Diego Velasco, se lanzó un tour por varios ambulatorios públicos de Venezuela. No lo hacía por ocio ni por necesidad. Investigaba. Y es que aunque vive en Los Angeles y le va de lo mejor por allá como cineasta, insiste en hurgar en la venezolanidad que aún conserva y que ya trató de reflejar en su cortometraje Cédula Ciudadano (2000).
“Buscaba ideas para hacer un largometraje. Tenía tiempo escribiendo, investigando sobre medicaturas rurales de Caracas. Lo que vi en una noche en un ambulatorio de Las Minas de Baruta, me bastó. Nadie sabe lo que pasa allí. En esa medicatura nació la idea acerca de todo lo que puede hacer alguien impulsado por cosas muy buenas, usando un método muy malo.” Comenta el director. “La situación de salud en Venezuela era increíble.”

Cuenta Carolina Paiz, co-guionista y productora del filme: “La gente llegaba balaceada y además estaba el tema de la inseguridad que sentían los doctores. Diego se trajo esa idea a Los Ángeles, la trabajó por 6 meses o un año, hasta que llegó a un punto en el que me pidió que me incorporara.”

Carolina ha trabajado en las grandes ligas del guión. Ha escrito para series mundialmente famosas como Grey’s Anatomy (Por la que fue nominada al Writers Guild Award), Lipstick Jungle y más recientemente, The Descendants con Jim Belushi. A pesar de la experiencia, se necesitaron más de 2 años y 13 versiones para completar el guión de La Hora Cero.

“Fue un verdadero trabajo en equipo y resulta difícil separar los aportes de cada quien. Yo trabajé mucho el humor y otros detalles. Te podría decir que una de las cosas donde más me afinqué fue en la estructura y los arcos dramáticos. En TV los trabajamos mucho y aquí siento que ese fue mi mayor aporte. Por muy pequeño que fuera el personaje, todos tienen su arco.” Concluye Paiz.
Esto último, a mi juicio, es un punto débil de la película. Si bien el guión funciona, se siente algo formulaico en la manera en que se resuelven tooooodos los conflictos, especialmente la subtrama de la miss y una de las rehenes. Y sí, hay lugares comunes, pero creo que van de la mano con los convencionalismos del género y no sentí que hicieran ruido.

6. Porque el elenco está muy bien balanceado entre caras conocidas y caras nuevas. Según Velasco, le fue bien en Cédula Ciudadano(2000) mezclando actores profesionales con noveles. “Unos tienen instinto, los otros experiencia. Así que para mi, combinarlos balancea todo. El profesional me baja al empírico y el empírico le sube al profesional.

En base a eso, el más difícil de encontrar fue el rol protagónico, La Parca. Estuvimos 4 meses buscando en varios países tratando de buscar el actor perfecto porque estábamos claros que la película era ese personaje. La productora consiguió en youtube el video Bala Perdida, del rapero Zapata 666 y de inmediato la directora de casting salió a buscarlo en la calle, porque él no tiene ni facebook, ni nada. Finalmente lo encontraron y el mismo día recibió la llamada nuestra, porque apenas lo vimos, dijimos: “Este es”.

Zapata 666 cumple con su trabajo sin destellos ni bajones memorables. Se sumaron Laureano Olivares (A mi juicio, over the top, no me lo creí), Erich Wildpret (Bien), Amanda Key (hermosa esta mujer), Marisa Román (Bien), Albi de Abreu (Bien), Alejandro Furth, Steve Wilcox, Rolando Padilla, Beatriz Vázquez, Ana María Simon (Muy bien) y muchos otros. Pero quienes se la comieron, sin duda, fueron los malandros.

7. Porque está hecha del ombligo para afuera. Que el cine venezolano es ombliguista, es un argumento frecuente entre sus detractores y, a mi juicio, en desuso. Eso de que aquí sólo se hacen películas para consumo del público venezolano, exclusivamente pensadas para quienes comparten nuestra idiosincracia, considero que está cambiando y es algo que el director de La Hora Cero tuvo muy claro desde el comienzo.

8. Porque es una peli de acción y ya. Siempre me molestó la forma en que muchos le cayeron encima a Secuestro Express por la ligereza en el tratamiento de la violencia y el tema social. Siento que le pedían a la película mucho más de lo que pretendía ser. Para í, siempre fue una película de acción y ya, sin mayores moralejas o análisis sociales. Lo mismo aplica para LaHora Cero, que de paso, es mucho más violenta y compleja. Espero que no empiecen a tildarla de golpista o le levanten una investigación como quisieron hacerle al video de One Shot de Hernán Jabbes.
“En la película, cada personaje toma decisiones que afectan la vida y la trama de los demás y creo que todos aprenden que no puedes juzgar a nadie hasta estar en la situación del otro. Traté de cuidarme de no dar sermones, pero quiero que la gente se vaya con la idea de que nada es blanco y negro, que hay una gran escala de grises. En Venezuela decimos mucho que estamos polarizados, ricos y pobres, chavistas y opositores, malandros y victimarios, pero la realidad es mucho más compleja. Nadie es completamente bueno o malo, todos tenemos defectos y conflictos, es la realidad de todos aunque no todos la quieran ver.” Comenta Diego.

9. No hay nada mejor en cartelera. Entre lechuzas que hablan, el cuarto chorizo de Resident Evil, la nueva gringada "cómica" de Will Ferrel y el brujo de Nic Cage, la emoción y cercanía que ofrece La Hora Cero es indiscutible.

10.Simplemente porque junto con Hermano, es la mejor película venezolana del año.
No es una obra maestra y tampoco cambia las reglas del juego en cuanto a cómo hacer cine, pero sí entretiene y emociona de la forma en que una buena película de acción debe hacerlo.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Nuevo Trailer de "Carlos" con Edgar Ramírez

No es una película venezolana, pero el protagonista y el personaje en el que está basada, sí que lo son. Luego de una buena acogida en el Festival de Cannes el filme de Olivier Assayas está listo para estrenarse el 15 de Octubre en los Estados Unidos. Incluso creo que la película pasará por el Festival de Tribeca, no estoy seguro. Lo que sí sé, es que de las 5 horas y media que dura la versión original (y el quemaíto venezolano) hecha para televisión, llegaran a los cines sólo 2 horas y media. La versión completa será transmitida por el Sundance Channel. De la película se dice que es un producto bastante sólido y todas las reseñas alaban el protagonismo de "nuestro Edgar Ramírez" como lo más sólido que tiene. Así que no les extrañe que esta sea la película que dispare al actor en Hollywood y pronto comencemos a verlo más frecuentemente en el cine norteamericano.
Ya hablando del trailer, me parece genial que musicalizaran con una canción típica venezolana, Amalia Rosa. !Buena esa!

viernes, 17 de septiembre de 2010

Las Caras del Diablo: Cangrejo Guerrillero

Es una tarde como cualquiera en la Francisco de Miranda. De pronto, una señora se asusta al ver a un hombre huir corriendo entre los carros y peatones que cruzan la calle. -¡Agárrenlo!- Tras el tipo corre un paco con placa guindando del cuello y una pistola en las manos. Un Policía de Sucre se percata de la situación y vuela en su moto a cortarle el camino al fugitivo. 

Antes de que pueda desenfundar su arma, el fugitivo aterrado le grita:

-¡No dispare, soy actor!

El “delincuente” es el actor Guillermo García y quien lo persigue, Jean Paul Leroux. 

Esto pasó en verdad durante el rodaje de una secuencia de acción de una película que se rodó sin permisos, sin dinero y de forma improvisada: Las Caras del Diablo de Carlos Malavé, que se estrena hoy en Caracas y en varias ciudades del interior.
Del director se puede decir de todo, pero si hay algo que no se le puede quitar, es que en este momento es uno de los cineastas más productivos del país. Las Caras del Diablo es la primera de 3 películas que estrenará en los próximos 6 meses y que fueron rodadas en tiempo y costo record luego de que en el 2008 estrenara Por un Polvo

A Malavé no lo detiene el presupuesto y siente una predilección especial por el cine de género. En esta oportunidad, estrena un policial negro que recuerda a Cangrejo y 3 Noches, quizás los exponentes mejor logrados del género en nuestro país.
Pedro Ramirez (Jean Paul Leroux), es un sub-inspector obsesionado por el crimen sin resolver de una menor de edad. Tres años después recibe la terrible noticia de que su hija, Sarah, ha sido secuestrada en circunstancias similares, lo que desatará en él una búsqueda implacable para dar con el criminal.

"Antes de hacer Por un Polvo yo tenía una idea para un cortometraje acerca de un policía que luchaba contra sí mismo, un esbozo de 6 o 5 líneas." Cuenta Malavé. "En Internet busqué historias policiales reales y me topé con varias páginas que hablaban sobre abuso de menores y eso me llevó a un cangrejo real que hubo aquí en Venezuela, en el año 2007, sobre pornografía infantil a través de la red. La investigación del tema fue muy ruda y deprimente, así que medio disfracé la realidad agregándole detalles de otros casos policiales y salió esta historia ficticia con una base real."

Pero hasta ese momento era solo eso, una historia, no un guión.  Mientras,  Malavé completaba la producción de Amorcito Corazón y esperaba iniciar su próxima película con financiamiento del estado. Entre promesas y jaladeras pasaron varios meses hasta que el director se cansó de esperar.

“No puede ser que para hacer una película en este país tu tengas que estar jalando. Más si ya hice una película que metió cierta cantidad de gente en las salas, que estamos claros, no es la mejor película, pero tampoco la peor que se ha hecho en Venezuela. Así que agarré mis corotos, agarré mi gente y dije: ‘Vamos a hacerla’. Tomé la idea del policía y escribí un argumento de 30 páginas con principio, desarrollo y final, todo bien planificado, lo único que faltaba: Los diálogos. Tenía 4 semanas para filmar y como no tenía dinero me dije: 'Vamos a experimentar, vamos a improvisar'."
La experiencia más reciente de cine guerrilla e improvisado que había para ese momento en Venezuela era SubHysteria.  Para la fecha del rodaje aún no había sido estrenada, por lo que realmente no había referentes con qué comparar la película. Quienes odiaron subHysteria, pueden respirar tranquilos pues la experiencia de Las Caras del Diablo es mucho más convencional y accesible que el filme de Zelig.

"En un principio quisimos hacer la película en blanco y negro, pero conociendo cómo son los distribuidores aquí, no me iban a dar sino 4 copias. Queremos experimentar, queremos hacer un cine de autor, pero sobre todo, queremos que la gente la vaya a ver." Comenta Malavé.

Durante el rodaje, a Malavé le tocó hacer de todo. Fue camarógrafo, fotógrafo, productor, director. Los equipos, utilería y vestuarios, debían caber en la camionetita Terios de su esposa, de lo contrario no habría película. Lo único que se pagó (simbólicamente) fue un grupo de técnicos que aceptó cobrar la mitad de lo que se paga normalmente, sin pasar horas extras y a sabiendas de que no tendrían ni corte de comida. Esclavitud voluntaria o amor al arte, ustedes deciden.
A diferencia de subHysteria, Las Caras del Diablo no utiliza su proceso de realización como ardid publicitario, sin embargo, sí hace difícil cuestionar para quien lo conoce la pobreza de su estética y puesta en escena. La mayoría de lo que se ve en la película es real, desde la comisaría, hasta las prostitutas, pero la poca atención puesta en el detalle y cuidado de su dirección de arte, le da un look a la película que podría matar de conjuntivitis a directores tan preciosistas como Alejandra Szeplaki. Esto no es algo que agarre desprevenido al padre de la criatura.

"Mis películas no son de una estética muy trabajada, yo lo asumo. Yo voy pendiente de contar más la historia que de pensar cómo se ve eso. No por nada malo, pero es que simplemente no he tenido presupuesto para pagar las exigencias de un director de arte, cuando tenga una película donde el arte sea una prioridad, lo pagaré con todo gusto. Yo trabajo porque quiero hacer una película, porque quiero echar una historia y si esa historia funciona, atrapa a la gente. Un poco más, un poco menos, pero yo aposté a mi historia y a las actuaciones."

Entonces, si no hay con qué pagar, no hay guión y puede que te peguen un tiro mientras ruedas en la calle, ¿Cómo convencer a los actores para dar ese salto de fe a involucrarse en un proyecto tan particular como este?

"Lo que utilicé fue la rabia hacia la burocracia del cine venezolano. Todos sabíamos que la película estaba, pero estaba en un limbo. Yo tengo mis panas, que no son solamente mis actores, sino que en la vida cotidiana compartimos. Tu tienes que estar muy claro en lo que estás ofreciendo, porque si la vaina sale mal, es su imagen la que la gente va a criticar. A los actores les atrapó la historia, les vendí imágenes para que ellos se involucraran en la cuestión. Además la idea de que ellos serían quienes iban a dialogar en el set a punta de improvisación, les encantó."
Así, el elenco quedó encabezado por Jean Paul Leroux, que a mi juicio logra aquí la mejor actuación que ha hecho en su carrera; María Fernanda León, quien también sorprende gratamente con su actuación y William Goite, quien hizo a su vez de acting couch de la película. Completan el elenco Guillermo García (Muy, muy bien), el Nigga (A quien prefiero ver mil veces haciendo de malandro), Mariaca Semprum (Whatever), Catherina Cardozo (Bien), Matilda Corral (Bien), Sócrates Serrano (Bien) y Jackson Gutiérrez (Muy, bien).

Las Caras del Diablo Es un policial que cumple con todas las de ley, pues todo lo que uno puede esperar del género está allí. Es una película modesta, sin mayores aspiraciones taquilleras o artísticas, pero con muchas ganas de entretener. A mi juicio, lo logra.

Taita Boves: ¿Hasta dónde llega tu venganza?

Por mucho maquillaje y dulce que le ponga, la Venezuela de los siglos XVII y XVIII fue algo así como El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad. Tierra de nadie, de intolerancia, de hombres sin ley, de ríos de sangre, resentimiento, politiquería y leyenda. No sé si la cosa ha cambiado mucho, pero en esa época se encuentran historias suficientes como para hacer nuestro propio Apocalipse Now, nuestra Ira de Dios, nuestros Siete Samurais, nuestros westerns.

Luis Alberto Lamata logra con su última película contarnos una historia tan cinematográfica y poderosa que da en la madre, que entretiene y que puya duro en la actualidad social y política de nuestro país. Es su segunda épica luego de Miranda Regresa (2007) y también su segunda producción con la Villa del Cine, institución que haga lo que haga, no deja de cargar a cuestas el peso de panfletos propagandistas como La Clase, Comando X o Zamora. ¿Le importan estos prejuicios al director? !Claro que no!

"En absoluto. Boves es una circunstancia distinta en mi relación con la Villa. Miranda Regresa fue también una satisfacción, pero en ese caso, ellos me contrataron para dirigirla. Taita Boves es una co-producción. Se estableció una relación que permitió que La Villa fuera uno de los participantes y estoy muy contento con los resultados, tanto, que estaría dispuesto a trabajar con ellos otra vez. Sé que existen prejuicios, pero hay que aprender a navegar por encima de ellos, no podemos permitir que los extremos enfermos de ambos bandos, afecten lo que debe ser la vida normal de un país. Los extremos intolerantes no dejan avanzar."

La película está contada en episodios que van hacia atrás y hacia adelante, con un aura de leyenda, de tragedia y maldición que hace que, a diferencia de otras épicas históricas recientes, Taita Boves no naufrague limitándose a contar hechos históricos en orden cronológico. A la película la mueven los sentimientos, las venganzas y los actores.

Hay que decir, que muchos de los extras que abren la película me hicieron temblar por lo malos que eran. Afortunadamente, la cosa se equilibra con un elenco muy bien escogido y muy creíble a pesar de contar con muchas caras conocidas. Gledys Ibarra nos muestra por qué sigue siendo la negra más sabrosa de Venezuela, Héctor Manrique nos hace reír y Juvel Vielma en el papel de Boves está increíble.

"Empezando el proceso de buscar a Boves, pregunté mucho por gente nueva." Cuenta Lamata. "Era un papel difícil pues no sólo debía ser buen actor, sino tener un físico determinado, debía montar a caballo, no tener más de 30 años, tenía que verse bien con el pelo rojo y sobre todo, debía ser un actor que tuviera la pasión y locura que un personaje como Boves debe haber tenido. Preguntando llegué hasta Juvel, a quien vi por primera vez en un montaje de Héctor Manrique llamado Fin de Partida. Él hacía un papel extraordinario. Los castings son mentirosos, te cuentan poco de lo que es un actor. Yo, personalmente, prefiero otro tipo acercamiento. Así que no hubo casting. Leímos algunas escenas, conversamos un poco y decidí que ese chamo era el Boves que yo me imaginaba. En el resto del elenco, también hay actores conocidos, Gledys Ibarra, Daniela Alvarado y Luis Abreu, por nombrar algunos. Si hay algo que me gusta de Taita Boves, es que combina nuevos y viejos actores. "

Taita Boves se filmó en locaciones de Valle de la Pascua en el estado Guárico. Ahí se recrearon batallas y exteriores en plena temporada de lluvias, cosa que complicó mucho el rodaje pues hubo escenas donde el barro le llegaba a los actores y al equipo, literalmente, por las rodillas. La fotografía de Alejandro Wiedeman está muy bien y va mucho más allá del paisajismo insípido con el que suele retratarse nuestro llano. También destaca la música de Francisco Cabrujas, cómodo en las aguas de la épica venezolana y segura contendiente para el prestigioso Cheché de Oro que entrega esta página.
He escuchado comentarios de gente que cuestiona la pobreza de las batallas o los decorados de cartón piedra (coincido personalemente con esto en la escena de la encerrona en la hacienda de Valencia, parece de unitario), pero más allá de eso, considero que esta película no se hizo para impresionar por su puesta en escena, más que por la complejidad e impacto de su historia. Si algo me molestó, debo decir que fue el montaje de Jonathan Pellicer. La combinación de cámaras lentas con imágenes congeladas (supongo que en un intento de modernizar el estilo de la cinta) se sienten forzadas y fuera de lugar.

Con la película en cartelera, Lamata no se detiene y ya tiene 2 proyectos paralelos en busca de financiamiento. "Como cineasta, si quieres adelantar, debes cargar con un baúl de ideas a cuestas. Por cada película que uno hace, siempre hay 5 o 10 que se quedan en distintas etapas." Mientras, nos ofrece una reflexión final sobre sus expectativas con Taita Boves:
"Me interesa que se lleven preguntas e inquietudes sobre lo que es el pasado de Venezuela. Siento que un país necesita tratar de comprender su pasado, que no es lo mismo que anclarse en él o creer que lo que pasó antes es una maldición que nos va a perseguir por siempre. Un país necesita su pasado para tener identidad, igual que uno necesita su memoria. En la película, lo que sigue al titulo es una pregunta… “¿Hasta donde llega tu venganza, Taita Boves?” Tengo ganas de hacerle la misma pregunta a todos los venezolanos por muchas circunstancias del presente."

Insisto, Taita Boves es una muy buena película. Una de las mejores cintas venezolanas del año.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La Hora Cero: Diego Velasco viene con una plomamentazón

Pues eso, el 10/10/10, aunque es realmente el 09/10/10, pero los ceritos todos juntos se ven mejor en el material promocional. Se acerca el estreno de la ópera prima de Diego Velasco, director venezolano residenciado en Los Angeles, responsable del cortometraje Cédula Ciudadano (2000) y de la dirección de la serie Planeta de 6.

¿Y De dónde salió este pana? Bueno...
“En Caracas echaba broma con mi camarita de video, me gradué en Venezuela de bachiller, pero estudié comunicación social en Estados Unidos. Me gradué en el 95 y buscando cambiar de carrera, empecé como asistente de cámara en la ciudad de New Orleáns. Allí fui desde el que montaba chasis, pasando por el segundo asistente, primer asistente, operador de cámara, director de fotografía, hasta que hice un corto. Trabajando en todos esos roles, me sacaba la piedra cuando veía que el director no hacía su tarea, eso me frustraba y me dije: Nada, dirigiré algo yo. Así que hice Cédula Ciudadano en el año 2000, en 35 mm, apoyado por el CNAC, me fue bien, aprendí mucho. Luego trabajé en la dirección de la serie Planeta de 6 en Televen y después, seguí trabajando en varias producciones en los Estados Unidos.” Cuenta Diego.

“Mis influencias fueron las de cualquier fan del cine de mi generación: Volver al Futuro, Terminator, Star Wars la vi más de 38 veces, amo The Matrix, Inception y ese es el tipo de cine que me gustaría hacer, el que me entretiene y me emociona y es universal, claro, sin abandonar la idiosincrasia venezolana con la que crecí. Yo nunca pretendí ser Spielberg o Almodóvar, ellos ya tienen su carrera. ¿Qué tengo yo que no tienen ellos? Mi cultura, mi venezolanidad, historias universales con sabor local. Spielberg, James Cameron, Scorsesse, todos tienen mucha fórmula americana de guión con sus 3 arcos, puntos de giro, etc. Habiendo crecido viendo todo eso que me gustaba, mezclé esos truquillos de su cine de acción con mi Operación Chocolate. Quería adaptar lo mejor de ambos mundos, tal como siempre quise: Estudiar fuera, aprender trucos de Hollywood y aplicarlo a mis historias venezolanas.”

Diego reconoce que aunque le gustaría hacer todo tipo de géneros, lo suyo son las emociones fuertes. “Mi terapia es el cine. No tomo, ni me drogo, mi droga es el cine. Tengo muchas historias que contar, respeto el drama intimista, pero no sé si tengo la habilidad, no me nacen las historias. A mi lo que me encanta son los thrillers, la acción, el terror, quiero hacer una primera película de horror venezolana, de hecho, actualmente estoy escribiendo junto a Nacho Palacios la primera versión del guión de El Silbón, si todo sale bien, esperamos arrancarlo en el 2011.”

El gran problema para las emociones fuertes en el cine venezolano, especialmente si se trata de un filme de acción, es el cochino dinero. Si antes no se habían hecho películas de acción en Venezuela, no ha sido por falta de ganas, sino porque es difícil y costoso y como dice Diego: “Para hacerlo a medias, mejor no hacerlo”.

Afortunadamente, el guión de La Hora Cero contó con el respaldo económico del CNAC (donde obtuvo el mayor puntaje de su convocatoria) y los buenos comentarios obtenidos, consiguieron atrapar el interés de inversionistas extranjeros que permitieron que Diego tuviera los dolaritos y la maquinaria necesaria para hacer la película que él imaginaba. Si uno lee las hojas de vida de varios de los implicados en la producción, aparecen títulos mundialmente famosos como Y Tu Mamá También, Lost, El Secreto de Sus Ojos, Pincesas, Rec, lo que denota que esta es una producción pensada desde el comienzo para ir mucho más allá de nuestras fronteras. Si el gran reto era dar vida a las secuencias de acción, la solución era buscar a los mejores expertos que pudieran pagar.

“Teníamos un productor asociado en Argentina y de allá nos trajimos a gente de la misma empresa de efectos especiales que hizo 9 Reinas, Torrente y muchas otras.” Cuenta Diego. “Ellos viajaron a Venezuela y nos hicieron todas las tomas de riesgo. No quería que nadie saliera lastimado en las tomas peligrosas, quería buscar gente profesional para aprender de ellos y de aquí en adelante poder hacerlo nosotros. Eran unos duros, campeones de motocross en Argentina, pilotos de helicóptero, sabían cómo frenar, colearse, cuántos metros se necesitaban para una caída o un frenaso. De verdad es impresionante el dominio de la técnica de acrobacias que poseían.”

La suya no es cualquier película de malandros, es LA PELÍCULA DE MALANDROS.
La más cara y la más truculenta que se ha hecho en el país, y ojo, lo digo como algo bueno. Sus realizadores se plantearon hacer un filme de acción con todas las de la ley y lo lograron. Échenle un ojo a esto...



Pronto más...

martes, 31 de agosto de 2010

Las Caras del Diablo Malavé

Carlos Malavé tiene años trabajando en el medio audiovisual. Con su productora se ha ganado la vida realizando desde videos universitarios, hasta comerciales y video clips. Pero su gran pasión, siempre ha sido el cine. Los muros de su oficina están decorados de afiches y postales de clásicos del séptimo arte, su biblioteca llena de libros de cine y, aunque sus dos primeros cortometrajes no fueron muy difundidos, le prepararon el camino para que en Febrero del 2008 estrenara su ópera prima: Por un Polvo.
Para escribir el guión, Malavé se internó en un cuarto de hotel en Buenos Aires, con su computadora y una montaña de libros reconocidos sobre escritura de guión. Dos meses después, se dio cuenta que para contar su historia sólo debía recurrir a lo que siempre lo había acompañado: Sus influencias.
“Yo siempre había querido hacer mi película. Y no era precisamente una película profunda, con un mensaje social importante que decir, ni nada de eso. Yo quería hacer una película que fuera entretenida, por eso esta película no es más que un pasticho de mis influencias, que van desde El Padrino de Francis Ford Coppola, hasta las películas venezolanas de los setenta que me encantan.” Contó el director por allá en el 2008.
“Al principio tenía la idea de hacer la película con puros super equipos, pero por cuestiones de presupuesto y practicidad tuve que volver a lo más básico, de lo contrario no hubiera podido terminarla. Necesitaba trabajar con equipos livianos, con cámaras pequeñas y pensé en el trabajo de Jonathan Jakubowicz en Secuestro Express, quien rodó su película con una camarita casi de juguete. Decidí entonces trabajar con tres cámaras HDV que rodaban al mismo tiempo, permitiéndome tener tres planos distintos de una misma escena. Las posibilidades de la película, siendo una cinta de acción, en ese momento se multiplicaron. Yo creo que hoy en día trabajar en 35 mm no es posible para mi por cuestiones de inmediatez y simplicidad, creo que para nuestra industria el video es la gran solución para poder rodar mayor número de películas, a bajos costos y con poco personal.”

"No puedo estar pensando en presupuestos de 3 millardos. Si la película es exitosa, es importante hacerse de un fondo que te permita seguir haciendo las películas que a uno le gustaría ver. Yo no tengo ningún tipo de pretensión. En un mercado como el nuestro, uno no puede estar pensando en cosas muy internacionales. Uno tiene que reventarla aquí para luego poder salir. Como Jonathan Jakubowicz."
Con poco dinero y mucha voluntad, Carlos hizo su película. No le fue mal y hasta en formato casero fue editada, tanto en original como "quemaíto". Sin parar, comenzó a preparar varios proyectos nuevos, entre los que me llama poderosamente la atención el remake (con algo más de presupuesto) de Azotes de Barrio en Petare de Jackson Gutierrez. Pero de todos, el que vió primero luz ha sido Las Caras del Diablo, financiada de forma independiente, rodada en estilo guerrilla y con diálogois improvisados por los propios actores: Jean-Paul Leorux, William Goite, Mariaca Semprum, María Fernanda León, Carlos Madera, Matilda Corral y Guillermo García. El estreno es el 17 de septiembre y pronto conversaremos con el director acerca de lo que fue llevar a los cines este policial rodado en Maracaibo.
Para que se hagan una idea de por dónde van los tiros, les dejo este "statement" que Malavé me dió en el 2008:
“Yo no hago películas para que la disfruten los técnicos, ni la comunidad cinematográfica de este país. Estoy haciendo una película para que la señora que vende el pan, el motorizado y la mayor cantidad de gente posible, la vean y la disfruten. Yo tengo un termómetro que es impelable: mi hermano. Él es abogado y más cuadrado que eso no puede existir. Cada vez que iba avanzando en la producción de Por un Polvo le iba mostrando partes a él y sus amigos abogados que van tres veces por semana a ver películas de acción de Bruce Willis.”
El pana está clarísimo. No me pelo Las Caras del Diablo.

lunes, 23 de agosto de 2010

Taita Boves: El Urogallo de Herrera Luque y Lamata

Aquello del malo malísimo, que se peina los bigotes al tiempo que ríe “muaca muaca” mientras planifica sus maldades, nunca funcionó para Francisco Herrera Luque. Tampoco lo hicieron los héroes independentistas inmaculados y pulcros, montados en plazas y pedestales exentos de humanidad. Él sabía que la historia la escriben los vencedores (y los que la puedan manipular), por eso su obra fascinaba y sigue fascinando, por su forma de cuestionar lo mil veces dibujado y de fabular ciertas lagunas del pasado de Venezuela.
Cuando en 1972 publicó su novela sobre José Tomás Boves, personaje desvirtuado hasta el cansancio por las vergüenzas y orgullos de historiadores, guerrero terrible, sanguinario y protagonista de leyendas, se convirtió en un éxito inmediato y hoy, es considerada como una de las obras indispensables de la literatura venezolana.
Entre quienes se devoraron los primeros tirajes de la novela en una sentada, estaba el padre de quien sería uno de los directores más destacados de Venezuela: Luis Alberto Lamata.

“Siempre me interesó mucho la historia, el cuento de qué había pasado antes. Buena parte de ese interés, es gracias a mi padre, que disfrutaba narrándonos los cuentos de la historia de Venezuela muy, muy bien.” Comenta el director. “Yo tenía como 15 años cuando mi papá leyó y comentó Boves, El Urogallo. Yo la herede y devoré. Recuerdo que fue una lectura afiebrada, de esas que no se detienen. Me emocionó mucho, yo sentía que allí estaba reflejado el país de una manera que no había visto antes. Era interesante, con una forma novedosa de abordar nuestro pasado y las razones de los procesos alrededor de nuestra independencia.”
Poco después de la publicación de la novela, se hizo una adaptación para TV con guión de Jose Ignacio Cabrujas y con Gustavo Rodríguez en el papel protagónico. Era una de las cosas más redondas que se habían hecho en nuestra pantalla y el joven Luis Alberto, ya tenía interés en el cine y la TV. Poco sabía que más de 30 años después, él y su productora Jericó LL Films llevarían a la pantalla grande su propia visión de Boves, El Urogallo.

Esta sería la cuarta de sus películas donde muestra aspectos y personajes de la historia venezolana: En Jericó (1990), lidió con misioneros, conquistadores e indígenas; En Desnudos con Naranjas (1996), vivimos el drama de personajes atrapados en medio de la guerra de independencia; Luego, Miranda Regresa (2008) y ahora Taita Boves.
“Mi película hay que verla como la visión libre y personal de un autor que respeta a un autor mayor como Herrera Luque. Si bien está inspirado en la novela, es una versión muy personal y libre. Para mi tiene sentido ser responsable de una mirada que posea parte de mis vivencias personales y de un país que 30 años después no es el mismo que cuando se publicó la novela.” Cuenta Lamata.
La película se estrena este viernes, vayan a verla, en mi ranking particular es una de las 3 mejores cintas venezolanas del 2010. Veanla y la comentamos por acá.

jueves, 19 de agosto de 2010

"Rotten Town", Hernan Jabes se las Trae

No se tapa el sol con un dedo. No es casual que las películas más taquilleras y exitosas de nuestra filmografía sean las de barrios y malandros. Los grandes protagonistas de nuestra cultura son el Malandro y la violencia. Lo mismo se ve en la tele, en nuestro Hip Hop, en nuestra jerga y en nuestros chistes. ¿Pornografía? ¿Amarillismo? Ya te aviso. Por mucha risa y mucho paño caliente y mucho mira pa' otro lao', es imposible que tópicos que nos afectan tan directamente escapen de nuestras expresiones culturales. Así que Izarra puede reirse cuanto le de la gana, pueden censurar fotos, multar periódicos y canales, pero la sensación, es la sensación... Y le creo más a nuestro arte que a sus declaraciones.

Macuro (2007) fue la ópera prima de Hernan Jabes y desde mi punto de vista, fue la mejor película de su año. Hoy, me topo con este video clip que el director realizó para oneShot y me quedo pasmado ante tan buena realización y buen concepto. Hernancito se las trae.

lunes, 16 de agosto de 2010

Habana Eva, ¿Fina, por qué?

De verdad quería que me gustara. De verdad.

Si bien el trailer no explicaba mucho (o mejor dicho, nada) entregué mi voto de confianza a la realizadora de Oriana (1986), una de mis películas venezolanas favoritas.

Tal vez fue mi error. Tal vez he sobre estimado a la señora Fina Torres en función de su ópera prima porque hablando sin tapujos, Mecanicas Celestes, aunque tiene lo suyo, no me mató; y Woman on Top menos.

La directora abandonó el drama de su primera película para dedicarse a la comedia romántica en sus 3 últimos trabajos y luego de examinar su filmografía, no siento que sea el género donde sale mejor parada.

Vamos por partes.
A ratos, la fotografía sorprende. Hermosa y con un gran colorido. Pero de pronto... !Pufff! Comienzan a aparecer los fuera de foco, los errores de sincronización con el audio, los planos con textura de video... Y con ellos, volvieron a la mente de este espectador todos los cuentos que pretendí ignorar sobre los fulanos problemas técnicos de la producción y de cómo hubo que volver a grabar parte de la cinta por estar fuera de foco.

Con todo esto, puedo vivir. Nuestro cine nunca ha brillado por su factura técnica y honestamente, no es algo que pare o descoloque a quien está inmerso en la trama. Pero Dios santo, fueron la historia y los diálogos de la película los que me hicieron desear que la cinta terminara tan pronto como fuera posible. Al respecto, Fina comenta:

“El guión original de Jorge Camacho estaba basado en las vicisitudes del período especial, cuando Cuba quedó sin el sostén de la Unión Soviética, época terrible, de mucho sufrimiento para los cubanos. Ya para el momento en que comenzó el proyecto, esa situación se había mayormente arreglado y soplaban vientos de cambio en la isla con el retiro de Fidel y las expectativas de apertura del nuevo presidente.”

“Pero existe en Cuba una juventud fuerte, vital, rebelde, y de una modernidad que no se percibe a simple vista y que uno no se imagina. Eso me interesaba de sobremanera. Entonces decidí adaptarlo, cambiarlo de época, de tono y de situación, aunque muchos elementos de la narrativa original se mantuvieron. Trabajé con Julio Carrillo, guionista cubano quien reside en La Habana y luego con Arturo Infante, joven director y guionista muy talentoso, también cubano. No fue fácil la adaptación.”

Me imagino, porque los resultados son, a mi juicio, infames. La historia gira en torno a Eva (Prakriti Maduro), una joven con dilemas muy cercanos a los de la nueva juventud venezolana. “Ella tiene talento y ganas de superarse, pero tiene también la arraigada crianza de que “no se puede”, de que “hay que pedir permiso” de que “no te van a dejar”. Está acostumbrada a las limitaciones y a seguir órdenes.” Comenta la actriz. “Un espíritu creativo no se puede permitir eso, no importa en donde haya nacido."

Eva tiene un novio cubano con quien se ha imaginado su futuro, pero sus sueños de vida se ven interrumpidos con la presencia de un nuevo amor: Un cubano exiliado, un venezolano criado en el capitalismo, con otra forma de entender la vida, que llega en el momento justo en que ella está ansiosa de un cambio. Con este nuevo romance y dos hombres en su vida, emprende el camino obligado a su transformación. La directora vio en los conflictos del personaje central, una metáfora de las opciones a las cuales estamos enfrentados hoy en Venezuela.

Suena interesante, pero no lo es. El guión se valió de cuanto cliché conocido existe para echar su cuento. Diálogos cursis, trillados y con tratamiento de telenovela, parecen sólo prepararnos para la segunda parte del filme, cuando en un giro esquizofrénico, lo que era una historia de amor rosa se convierte en un cuento con fantasmita amigable incluído y resuelto con bastante ligereza. Yo no lo podía creer, hubo hasta risas no intencionales por parte del público asistente en varias escenas.
Sumado a la falta de tino y tono del guión, hay que subrayar el desacierto de la presencia de Juan Carlos García como protagonista masculino. Su aparición será recordada en la infamia, como una de las peores actuaciones que he visto desde Fernando Carrillo en El Caracazo. Sus dientes aparentemente blanqueados para la ocasión, dotan de un encandilante brillo la pantalla que me hace pensar que en algún momento habran sido solicitados por el director de fotografía para iluminar ciertas escenas a falta de faroles. Toda una comiquita de galán, tanto en papel, como en carne y hueso.
Afortunadamente su contraparte cubano, Carlos Enrique Almirante, está excelente en su papel. El desnivel actoral entre ambos es tan grande, que me hace dudar que exista la mínima duda en Eva de con quien debe quedarse al final de la historia.
Dicho esto, hay que destacar que el mayor atributo de Habana Eva, es la excelente actuación de Prakriti Maduro, quien no sólo logró un convincente acento cubano, sino que también hizo desnudos sin aparente pudor e interpretó de manera impecable todos los matices de su personaje. Sin duda, una de las mejores actuaciones femeninas que he visto este año.

Conclusión: No me gustó la película, muy a pesar de la buena actuación de Prakriti. Me voy con la duda de si Oriana fue un golpe de suerte en la carrera de Fina Torres. Ojalá un próximo trabajo dramático de la directora me demuestre que estoy equivocado.

viernes, 6 de agosto de 2010

Cheila, una Casa pa' Maita

Finalmente la vi el fin de semana. Mi esposa odió cada minuto e incluso twiteaba desde la sala destruyéndola. No la culpo. Es una película que para algunos, homofobias aparte, puede resultar difícil de ver. Retrata una realidad a la que frecuentemente preferimos voltear la mirada y no lo hace con buen gusto, ni con buena factura técnica. A pesar del rancho, siento que Cheila, una Casa pa’ Maíta es una cinta que tiene unas bases sólidas y varias virtudes.

El guionista Elio Palencia, hizo la adaptación de su texto teatral La Quinta Dayana para concursar en el 2007 en la I Convocatoria de Ideas para Largometrajes de ficción de la Villa del Cine. Obviamente ganó con la historia de Cheila, transexual que regresa de Canadá a pasar navidades en la casa que le regaló a su madre, con la esperanza de que su familia pueda apoyarla económicamente para terminar de cercenarse el que te conté. ¡Sorpresa! La otrora hermosa “quinta” está tan deteriorada como la sociedad venezolana y la ocupa un caótico grupo de hermanos, cuñadas y sobrinos vividores, que harán que Cheila se replantee la relación consigo misma y con su familia.
Secretos, monstruosidades, rencores, desamor, intolerancia y “viveza criolla”, todo amasado por el director Eduardo Barberena, recordado (por alguien, no por mí) productor de largometrajes nacionales de los años setenta, asistente de dirección de Román Chalbaud y Miguel Littin; Responsable de uno de los segmentos de Tres Tristes Trópicos (1982) y director del largometraje La Hora Texaco (1985). Barberena, también tiene engavetada en La Villa del Cine la peli Bambi C-4 (201X) sobre el terrorista cubano Luís Posada Carriles.

En el material de prensa se leen cosas tan trilladas como: “controversial”, “la historia de una mujer nacida en el cuerpo de un hombre”, “que persigue su sueño”, etc. Pero la verdad, de controversial no hay nada en la película más allá de la explotación mediática del hecho de que Cheila, en la vida real, es interpretada por Endry Cerdeño, quién también cambió de sexo. El tratamiento del mundo gay, de los traumas del personaje y de sus secuelas emocionales saben a viejo, a ya probado y digerido mil veces, wanna be de Almodóvar con todos los clichés existentes de cine cabaretero de lentejuelas al son de la Lupe. Sí, otra vez el mismo “parecerse a…” o “Hagámoslo como en tal película…”
Hay actuaciones muy buenas, sí, como la de Violeta Alemán, Aura Rivas y José Manuel Suárez. Pero también hay terribles como la de Luke Grande, quien hace gala de sus caras de malo sobreactuado y desentona con todo. Parece un chiste. Y así con todo. Es una cinta que te deja bipolar y te hace ir del aplauso al abucheo.

Tiene secuencias absurdas que terminan causando risas no intencionales, como el baño de sangre que cae en la pantalla cuando una operación tiene lugar o los dos números musicales, totalmente gratuitos dentro del guión, simples y aburridos en su puesta en escena. Parecen más capricho que otra cosa. Fuera de tono, fuera de todo.
A pesar de detalles como esos, la cinta fue la gran ganadora del Festival de Cine de Mérida. Aunque la factura técnica es muy pobre (a excepción de una explosión muy bien hecha), las mayores virtudes de Cheila, una Casa pa’ Maita están en su guión. No nos equivoquemos, hay bastantes lugares comunes y los flashbacks que cuentan la historia de cómo Cheo se convirtió en Cheila, especialmente ese capítulo trágico que ocurre en una playa, son absolutamente prescindibles. Si los sacan, no pasa nada.

En cambio, sí hay algo que atrapa y deja algo en el drama familiar que desencadena la llegada de Cheila a la mentada casa. La alegría que produce en todos su regreso y la aceptación de su condición, van desapareciendo paulatinamente en la medida en que a la protagonista no le quedan más opciones que pensar primero en ella misma.
Siento que hay en el argumento una clara crítica al paternalismo, a un pueblo acostumbrado a que le den todo en la boquita y que termina convertido en parásito. ¿Es criticable entonces que para Cheila, la libertad y el éxito se encuentren fuera del país? ¡Claro que no! ¡Para ella es así y punto! Y mientras ella se va con su bolero a otra parte, sigamos malcriando a nuestros hijos, sigamos chuleándonos a nuestros proveedores, pero eso sí, nada de voltearse, que el que le pega a la mamá se arruina. Ir a casa de Maita, es ver a la cara a una Venezuela que existe y que sigue malcriándose aunque no nos guste.