martes, 31 de agosto de 2010

Las Caras del Diablo Malavé

Carlos Malavé tiene años trabajando en el medio audiovisual. Con su productora se ha ganado la vida realizando desde videos universitarios, hasta comerciales y video clips. Pero su gran pasión, siempre ha sido el cine. Los muros de su oficina están decorados de afiches y postales de clásicos del séptimo arte, su biblioteca llena de libros de cine y, aunque sus dos primeros cortometrajes no fueron muy difundidos, le prepararon el camino para que en Febrero del 2008 estrenara su ópera prima: Por un Polvo.
Para escribir el guión, Malavé se internó en un cuarto de hotel en Buenos Aires, con su computadora y una montaña de libros reconocidos sobre escritura de guión. Dos meses después, se dio cuenta que para contar su historia sólo debía recurrir a lo que siempre lo había acompañado: Sus influencias.
“Yo siempre había querido hacer mi película. Y no era precisamente una película profunda, con un mensaje social importante que decir, ni nada de eso. Yo quería hacer una película que fuera entretenida, por eso esta película no es más que un pasticho de mis influencias, que van desde El Padrino de Francis Ford Coppola, hasta las películas venezolanas de los setenta que me encantan.” Contó el director por allá en el 2008.
“Al principio tenía la idea de hacer la película con puros super equipos, pero por cuestiones de presupuesto y practicidad tuve que volver a lo más básico, de lo contrario no hubiera podido terminarla. Necesitaba trabajar con equipos livianos, con cámaras pequeñas y pensé en el trabajo de Jonathan Jakubowicz en Secuestro Express, quien rodó su película con una camarita casi de juguete. Decidí entonces trabajar con tres cámaras HDV que rodaban al mismo tiempo, permitiéndome tener tres planos distintos de una misma escena. Las posibilidades de la película, siendo una cinta de acción, en ese momento se multiplicaron. Yo creo que hoy en día trabajar en 35 mm no es posible para mi por cuestiones de inmediatez y simplicidad, creo que para nuestra industria el video es la gran solución para poder rodar mayor número de películas, a bajos costos y con poco personal.”

"No puedo estar pensando en presupuestos de 3 millardos. Si la película es exitosa, es importante hacerse de un fondo que te permita seguir haciendo las películas que a uno le gustaría ver. Yo no tengo ningún tipo de pretensión. En un mercado como el nuestro, uno no puede estar pensando en cosas muy internacionales. Uno tiene que reventarla aquí para luego poder salir. Como Jonathan Jakubowicz."
Con poco dinero y mucha voluntad, Carlos hizo su película. No le fue mal y hasta en formato casero fue editada, tanto en original como "quemaíto". Sin parar, comenzó a preparar varios proyectos nuevos, entre los que me llama poderosamente la atención el remake (con algo más de presupuesto) de Azotes de Barrio en Petare de Jackson Gutierrez. Pero de todos, el que vió primero luz ha sido Las Caras del Diablo, financiada de forma independiente, rodada en estilo guerrilla y con diálogois improvisados por los propios actores: Jean-Paul Leorux, William Goite, Mariaca Semprum, María Fernanda León, Carlos Madera, Matilda Corral y Guillermo García. El estreno es el 17 de septiembre y pronto conversaremos con el director acerca de lo que fue llevar a los cines este policial rodado en Maracaibo.
Para que se hagan una idea de por dónde van los tiros, les dejo este "statement" que Malavé me dió en el 2008:
“Yo no hago películas para que la disfruten los técnicos, ni la comunidad cinematográfica de este país. Estoy haciendo una película para que la señora que vende el pan, el motorizado y la mayor cantidad de gente posible, la vean y la disfruten. Yo tengo un termómetro que es impelable: mi hermano. Él es abogado y más cuadrado que eso no puede existir. Cada vez que iba avanzando en la producción de Por un Polvo le iba mostrando partes a él y sus amigos abogados que van tres veces por semana a ver películas de acción de Bruce Willis.”
El pana está clarísimo. No me pelo Las Caras del Diablo.

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