lunes, 5 de abril de 2010

Des-autorizados (3): Elia, ¿Por qué?

Yo no vi Des-autorizados en una sala de cine. La vi en casa de Elia Shneider y "El Don"Novoa, en una exhibición especial para la prensa escrita. Al terminar la proyección (Que no fue tal, pues la vi en una laptop) le pregunté a la asistente de prensa de la directora (mi única compañera de visionado) qué le había parecido la película.

“Me encantó. Es muy Elia.”- Dijo.

¿Cómo?... ¿En serio?...
Pensé que se trataba de una jaladita corporativa, nadie muerde la mano que te da de comer. Pero minutos después comprobé que el comentario era acertadísimo, pues sólo al conversar con Elia te das cuenta de cuánto se parecen su realidad y su ficción.

“Si ciertamente el arte dramático es un arte colectivo, todas las etapas de producción tenían que pasar por el prisma de Elia.” Comenta la Directora. “Fue un proceso muy rico, muy creativo y muy libre, donde literalmente hice lo que me dio la gana. Coloqué la música que a mi me gusta, las locaciones que tienen un significado especial para mí, no hay nada allí que no sea importante para mi. El tango lo amo, por eso quise que la música fuera así. Las locaciones son las de la Caracas de mi infancia, lugares que tienen un significado especial, que me dejaron huella. Hay muchos elementos autobiográficos en la película.”

Y de seguro la cinta dirá algo para quienes conocen a Elia o están familiarizados con el proceso creativo. Pero, ¿Qué hay del resto del público? ¿Qué hay de todos esos que fueron al cine apostándole al cine nacional o al entretenimiento y terminaron saliéndose de la sala? ¿Qué hay de quienes twitteaban durante la premiere, pidiendo auxilio por no poder dejar la sala por estar sentados cerca de algún actor? ¿Pensó Elia en ellos alguna vez?

“Traté a más no poder de que no fuera un trabajo “ombliguista”. No quiero que la película sea sólo un vistazo al ombligo de Elia, sino que la gente se relacione con lo que ve. ¿Cómo lo tomará el público? Pues espero que de la misma forma en que se acercan a un museo para ver un cuadro. El cuadro no te lo dice todo, te va dando pistas, lo que lo hace interesante es esa relación dinámica entre la obra y el espectador, donde cada quien aporta un significado distinto. No hay nada más aburrido que darlo todo. Siempre he pensado que al público hay que hacerle caso, pero no hay que obedecerlo. No hay que darle todo. Yo soy de las que prefiere pedirle que haga un esfuerzo, que vaya a ver la película y la descubra, que la vea varias veces si no la entiende del todo, que saque sus propias reflexiones.”

Estoy de acuerdo. Y reflexionando concluyo que la película no me gustó. Vamos, que con Elia se puede conversar de forma larga y amena de cosas muy interesantes, pero sus reflexiones sobre el hecho creativo, a mi parecer, no salvan a Des-Autorizados.

Rescato la escena en la que Actriz y Personaje se encuentran. Sí, hay algunos textos interesantes y sí, el "intento" de hacer otro tipo de cine es válido y necesario en nuestra cinematografía, pero aún así, no.

“En Argentina y Uruguay la han amado. Creo que es una película para pocos espectadores, no la hice pensando en el número de personas que podía meter en la sala, sino pensando en comunicar y conectar.” Dice Elia.

Bueno, yo no conecté con la cinematografía, técnicamente es muy pobre. Esto no importaría si el contenido fuera muy sólido, pero tampoco. Las actuaciones son irregulares, Erich Wildpret hace un buen trabajo, Samantha Dagnino está normal y Juan Carlos Alarcón... Bueno, debería volver a animar el Club Disney.
El guión puede estar lleno de buenas ideas, pero sin una forma que las haga interesantes de seguir durante 90 minutos. En posts pasados dije que la peli se siente como un batido del 8 1/2 de Fellini, con estética wanna be de Jean Pierre Jeunet y otro tanto de Charlie Kauffman en el guión. Uno puede pensar que con tanto maestro y tanta influencia la peli debe ser bestial, pero la verdad, no todo lo bueno sabe bien junto.

No hay comentarios: